Por fin llegue!!! Todos los vuelos, gracias al Señor (sino no lo hubiera aguantado) estuvieron en horario.
En total fueron 31 horas en el aire (10 Buenos Aires-Washington + 14 Washington-Tokyo + 7 Tokyo-Sinapur), mas unas 7 horas en escalas sumando la de Washington y la de Tokyo; lo que hace un total de 38 hs de viaje: exactamente un dia y medio viajando, es mucho!!!
En los vuelos lei, comi sin saber que comida era (muy loco pense que estaba por tomar el te y me dieron lasagna por ejemplo), mire peliculas y tuve unas charlas muy copadas, primero con Cesar Arenas, un chileno de unos 60 años que hizo el mismo recorrido que yo para venir a buscar a su mujer a Singapur. Y otra con Khairul Anuar Abdullah etc (un nombre larguiiiiisimo), un malayo que trabajaba en una empresa que fabricaba memorias para PC diseñadas en Holanda. Pobrecito me dio cosa porque estabamos hablando y me dijo que el cuando viajaba a Estados Unidos tenia mucho miedo, y le pregunte porque (esperando una respuesta tipo fobia a los aviones) y me dijo que por ser musulman, pero please el era un amorrrrr, osea lo mas normal del mundo (carita de bueno con rasgos malayos), me parecio tan injusto.
En un momento, pasamos por arriba de Siberia, un paisaje espectacular, miles y miles y miles de montanias nevadas, como una cordillera pero expandida en un campo, osea no se acababa, muy muy lindo.
Y despues de ese espectaculo, unas turbulencias terribles. Y eso que soy cero miedosa, pero en un momento pense que en serio algo grave estaba pasando... Encima como que estaba sola y no le podia decir a nadie, pero despues pense (y me impresiona, porque crei que tenia mas miedo de morirme), despues de todo, si me muero, en mi vida fui y soy tan feliz que no me puedo quejar. Y eso me dio una paz tan grande que me quede dormida pensando en todos ustedes en medio de esos golpes y cuando me desperte, ya estabamos volando normal.
Llegamos a Tokyo y bajamos media hora al aeropuerto y posta me copo maaaaal! Es increible ese pais hay que conocerlo no se puede creer!
Y mas tarde, casi sin poder creer haber terminado esta Odisea, llegue a Singapur, pero esta ciudad es otro cuento.