5 de febrero de 2008

LA SUIZA DEL SUDESTE ASIATICO

Asi es llamada esta ciudad, que como Suiza, es absolutamente perfecta. Bah no absolutamente, pero a simple vista y los primeros pasos por esta ciudad me dejaron con la lengua afuera.
Hoy me despertaron los de la obra de al lado, un edificio que crece por dia gracias al esfuerzo de filipinos que trabajan de 15 hs diarias. Los edificios surgen cual yuyos en el campo, es dificil sacarte una foto sin que salga algo en construccion atras.
Las veredas son pulcras y las entradas de los subtes son mas limpias que el piso del Patio Bullrich. Los chinos y los indios llenan de ritmo y vertigo a esta ciudad que ni de noche pareciera dormir.
En Orchard Road, una avenida con palmeras a los costados, los shoppings se enciman y las mujeres (indias, musulmanas, chinas y malayas) salen cargadisimas de bolsas de Channel, Dior, Gucci y demas.
Pero a pesar de todo este movimiento, la ciudad se mantiene impecable... en gran parte gracias a las multas, que son un capitulo aparte.
No se puede comer chicle, ni tirar papeles al piso. Tampoco uno puede irse de un banio sin tirar la cadena o fumar por la calle a no ser en las esquinas especialmente autorizadas. Cruzar por donde no esta indicado tambien se paga, asi como escupir en la calle o comer (o tomar bebidas) en lugares publicos. Y para los picaros que piensen que pueden hacer trampa, los policias andan disfrazados de civiles con lo cual nunca vas a saber a donde pueden estar!
Sin embargo, en medio de este escenario sacado de otro planeta, donde uno busca, encuentra. A cuadras de Orchard Road emergen esquinas sucias, donde la gente cruza por donde quiere y come con las manos arroz con curry: Little India. Es muy raro, porque mas alla de que la zona es relativamente chica, uno casi se siente en India, sino fuera porque faltan las vacas sueltas por todos lados (como dijo Lu "no se puede creer que sabiendo ser limpios, en su parte decidan ser asi").
Despues de comer en un lugar rodeados de locales, el arroz mas picante que probe en mi vida, nos fuimos a pasear por este mundillo de tienditas y templos.
Caminando, llegamos a la parte arabe, donde muertas de calor disfrazadas de musulmanas (maniana subo fotos, prometo, hoy estoy muerta) pasamos a visitar la mezquita.
Mas tarde seguimos recorriedo, para conocer templos budistas e hinduistas y presenciar sus ofrendas a los dioses (desde la clasica velita, infaltable, pasando por los sahumerios hasta coronas de flores y mandarinas al roleta).
A la noche, agotados de tantisima caminata, nos vinimos a lo del Drulo y nos tiramos a la pileta (placer, relajados en las reposeras) y mas tarde fuimos a comer a un lugar divino: un ex convento de monjas que, para variar, ahora es un centro comercial.
Eso es todo por ahora, los dejo con un cuento gracioso: los subtes ensenian a los pasajeros a buchonear a posibles terroristas (alguien que abandona un bolso por ejemplo), mediante un video instructivo que reproducen mientras esperas el subte. Y Javo, para que nos portaramos bien, amenzaba con tocar el timbre y denunciarnos (lo que implicaria un ejercito de policias esperando en la proxima estacion) jaja!