13 de marzo de 2008

RECORRIENDO TOKYO

La ciudad es lo mas, lo mas, lo mas. De todas las que conoci, es la que mas me gusto.
Hasta incluso mas que Londres. Es magica, emocionante, organizada y llena de gente con la mejor onda, dispuesta a ayudarte en cada esquina.
Ademas muchos saben que soy una fanatica de las bajas tempereturas, por lo que el aire frio de Tokyo me sienta tan bien!
No voy a decir que elresto del viaje no disfrute del calor, porque seria una mentira atroooooz... pero caminar y caminar y que la unica molestia sea el dolor de las piernas por haber recorrido mas de 10 km es un placer (en ciudades como Bangkok, implicaba equivar basura, exponerte a que te atropellen en cualquier esquina, transpirar todo el cuerpo y respirar un aire tan espeso como contaminado, con lo cual como veran, caminar no resultaba un placer en si mismo).

Hoy me levante, muy descansada, a las 9 de la maniana y despues de ordenar mis cosas sali a cambiar los Traveller. Como no sabia bien que banco me convenia, fui al Centro de Informacion Turistica de Asakusa, a 10 minutos del hotel. Me atendio un senior amorosisimo, que me dio unos consejos super piolas mientras me lleno de mapas y guias. Y una vez que termine con los tramites bancarios, me dedique a recorrer las tradicionales calles de Akasusa.

El primer lugar que visite fue el templo de Sensoji, y para llegar atravese Nakamise, una calle peatonal de unos 200 metros con negocios divinos tipo feria a los costados. Las tiendas de Nakamise se mantienen desde la era Edo (lease: hace sigloooos), y es super simpatico atravesarla. Despues del templo de Sensoji, fui hasta el Santuario de Asakusajinja, que queda a 5 minutos del otro. Y una vez que hubiera disfrutado de la paz del lugar y sacado unas muy buenas fotelis, me fui a comer una hamburguesa a McDonalds (recuerden que no manejo presupuesto) y aproveche para recorrer una calle llena de vajilla tradicional japonesa, me hubiera comprado todo, no pueden ser tan esteticos!

Mas tarde, usando a mas no poder toda la folleteria que me dieron a la maniana, agarre una avenida y despues de una caminata de 45 minutos llegue a uno de los barrios con mas actividad de Tokyo: Ueno. Es basicamente un gran parque (Ueno Onshi, donde pude ver los famosos cerezos en flor, divinos!!!!) con muchas cosas interesantes alrededor. Uno de los lugares mas exoticos que fui se llama Ameyoko, es una calle que va desde la estacion de Ueno a la de Okachimachi, donde se arma a los costados una feria donde se puede encontrar desde zapatillas a 6 dolares hasta pescado fresco, pasando por algas para hacer sushi y buzos Abercrombie. La cantidad de gente caminando por la zona me dejo anonadada, impresionante el movimiento! Despues, dentro del Parque (aclaro, es un parque gigaaante), visite el templo de Kaneji, super prolijito y silencioso, hasta que llego un tour de japoneses prototipicos con sus camaras de fotos (fue muy divertido verlos, en vez de mirar por los ojos, miran por la camarita).

Volvi al hotel muertisima y me encontre con Marion, mi companiera de cuarto francesa y con Alan (un argentino que no entiendo porque tiene ese nombre que suena tan poco argentino!). Estaba cansada y tenia ganas de quedarme en el hotel tranqui, pero ellos tenian planeado ir a comer y despues visitar unos lugares que me parecian piolas, asi que me di un buen banio y sali al combate nuevamente. Encontramos un restaurant copadisimo, en el que comimos como reyes: platos presentados cual Moshi Moshi por 7 dolares. Era genial que el sistema era al reves que siempre: al entrar, en lugar de un menu tenias una maquina con todas las fotitos de los platos, vos ponias la plata en la maquina, te daban un ticket, te sentabas a la mesa y ahi venia un mozo y te traia el pedido.

Despues de esa cena gourmet nos subimos al subte y llegamos hasta la Torre de Tokyo, un intento de Torre Eiffel que estaba muy buena pero no se terminaba de entender para que la habian hecho (mas que para tener una insignia parecida a la francesa!). Mas tarde fuimos a uno de los barrios con mas vida nocturna: Roppongi. Muchas luces (verdaderamente alucinante) y muchos japonesitos borrachines a las 10 de la noche, tan poco canchero mis amores! Tambien estuvimos en los lugares en los que filmaron muchas de las escenas de Perdidos en Tokyo, super emocionante! Finalmente tipo 11 volvimos al hotel, cansadisimos, como si fueran las 3 de la maniana.

En Asakusa, en una calle que se llama Nakamise, llena de puestitos lindisimos.

Unas japonesitas por las calles de Tokyo, vestidas tipo tradicional

En Akasusa, con unas esculturitas shintoistas

Con el gentil empleado del Centro de Informacion Turistica

Eligiendo mi comida en la maquinita, antes de imprimir el ticket.

Con Alan y Marion (la francesita que duerme en mi cuarto) con la Tower of Tokyo al lado.